Facturación electrónica internacional: entre la experiencia italiana, las implementaciones nacionales y la llegada de ViDA

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Chief Consulting & Key Account Director of Digital Technologies – a Namirial company

El panorama global de la facturación electrónica atraviesa una etapa de rápida evolución: cada vez más países están adoptando sistemas regulados con el objetivo de incrementar la eficiencia operativa, combatir la evasión fiscal y fortalecer la competitividad de las empresas en los mercados internacionales. Hoy en día, el eInvoicing se ha consolidado como una de las herramientas más eficaces para simplificar y automatizar los procesos administrativos y fiscales de las organizaciones. Aunque el camino hacia la digitalización de las facturas comenzó hace ya varios años, en los últimos tiempos esta transición ha experimentado una notable aceleración, impulsada por la creciente demanda de transparencia, eficiencia y rigor fiscal. Las empresas que operan a nivel internacional se enfrentan actualmente a un escenario complejo que requiere una evaluación estratégica cuidadosa: adaptarse con rapidez ya no es solo una obligación normativa, sino también una oportunidad concreta de innovación y mejora de los procesos financieros y administrativos. Esta transformación digital va más allá del simple cumplimiento legal, ya que permite optimizar la gestión financiera, reducir significativamente los costes administrativos y aumentar la agilidad operativa, factores esenciales para competir en un mercado global cada vez más dinámico. 

La experiencia italiana como modelo internacional 

Italia se ha convertido en un referente europeo en materia de facturación electrónica. Desde 2014, con la introducción de la obligación de emitir facturas electrónicas a la Administración Pública, y posteriormente en 2019 al sector privado a través del Sistema de Intercambio (SDI), el país ha logrado resultados significativos en la reducción de la evasión fiscal. Este modelo se ha convertido en un ejemplo positivo para muchos países europeos que están adoptando iniciativas similares. La experiencia italiana demuestra claramente que un sistema estandarizado ofrece beneficios tangibles tanto para la administración tributaria como para las empresas, incluyendo una drástica reducción de errores, ciclos de pago más ágiles y mayor transparencia en las relaciones comerciales. 

La expansión global de la facturación electrónica 

La adopción internacional de la facturación electrónica está transformando rápidamente la forma en que las empresas y administraciones públicas gestionan sus procesos fiscales y contables. Aunque cada país sigue modelos y cronogramas distintos, la dirección es común: digitalización, transparencia y automatización se han convertido en pilares de las políticas fiscales internacionales. En Europa, países como Alemania, Francia, Bélgica, Polonia, Estonia, Eslovenia, Eslovaquia, Croacia, Letonia y España ya han definido un calendario para la implementación obligatoria de la facturación electrónica entre 2025 y 2028. Además, la Directiva ViDA (VAT in the Digital Age) establecerá antes de 2030 estándares comunes para la declaración digital de las transacciones en todos los Estados miembros. También Oriente Medio y Asia avanzan rápidamente: Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Singapur y Filipinas están implementando soluciones similares, mientras que Malasia, India y Vietnam ya cuentan con sistemas consolidados. Un caso emblemático es el de América del Sur, donde la facturación electrónica lleva años siendo un estándar consolidado, que ha demostrado importantes beneficios en términos de eficiencia administrativa, reducción del fraude y simplificación fiscal. Por lo tanto, la facturación electrónica está destinada a convertirse pronto en una herramienta global, contribuyendo a la creación de una economía internacional más transparente, segura e integrada. 

La Directiva ViDA y sus efectos en las empresas 

En este contexto, cobra gran relevancia la directiva VAT in the Digital Age (ViDA), recientemente aprobada por la Comisión Europea. Esta normativa supone un paso decisivo hacia la estandarización europea de la facturación electrónica y de la declaración digital del IVA, con el objetivo de reducir la fragmentación normativa y facilitar el comercio intracomunitario a través de procedimientos uniformes e interoperables. Sin embargo, el impacto de ViDA no será uniforme en toda Europa. Paradójicamente, los países que ya han implementado sistemas avanzados, como Italia, podrían tener que adaptar aún más sus sistemas para alinearse con la nueva normativa, mientras que aquellos que aún no cuentan con sistemas regulados podrán adoptar directamente los estándares ViDA, minimizando así los esfuerzos de adecuación. En cualquier caso, para las empresas europeas, ViDA representa tanto un reto normativo como una oportunidad estratégica real. Si bien requerirá ajustes tecnológicos y procedimentales, también permitirá optimizar los procesos internos, reducir costes y tiempos administrativos, mejorar la calidad de los datos fiscales y reforzar la eficiencia operativa. 

Desafíos y oportunidades de la interoperabilidad 

Con la creciente difusión de la facturación electrónica, surge un tema clave: la interoperabilidad, es decir, la capacidad de los diferentes sistemas nacionales y plataformas digitales de comunicarse e intercambiar datos sin barreras técnicas o regulatorias. Aunque la directiva ViDA representa, al menos en Europa, un avance significativo hacia la estandarización, muchas empresas multinacionales aún enfrentan un entorno complejo debido a las diferencias en los formatos, especificidades normativas locales y plataformas heterogéneas. No obstante, esta complejidad puede transformarse en una oportunidad estratégica mediante la adopción de tecnologías avanzadas y flexibles, capaces de integrarse fácilmente con distintos estándares internacionales. Este tipo de soluciones permite simplificar notablemente los flujos operativos, reducir las intervenciones manuales, acelerar los procesos y mejorar la calidad administrativa. En este escenario, los proveedores tecnológicos especializados desempeñan un papel fundamental, ya que garantizan no solo el cumplimiento normativo local, sino también una verdadera interoperabilidad entre distintos mercados. Finalmente, la interoperabilidad abre el camino a la automatización inteligente de los procesos financieros y administrativos: al integrar herramientas avanzadas como la inteligencia artificial, las empresas pueden reducir aún más los errores manuales, acelerar las conciliaciones y la gestión de anomalías, y liberar recursos valiosos para destinarlos a actividades estratégicas de alto valor añadido. 

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